Durante mi proceso de trabajo ha surgido el interrogante acerca de dónde sería más correcto exponer el resultado -lo que implica definir a quién me dirijo-. Esto me ha llevado a recordar al colectivo Luminaria que recientemente ha utilizado el mercado de abastos de Usera como espacio expositivo, lo que me sirve de referente para pensar en la posibilidad de utilizar otros espacios diferentes al cubo blanco. Dejo un reporte que han hecho los medios y prosigo aportando información del trabajo de Fitch y Trecartin, 2 artistas que utilizan vídeos de Youtube para generar sus obras.
Priority Innfield-La Casa Encendida. Lizzie Fitch y Keith Ryan Trecartin
Para muchos, el trabajo de Lizzie Fitch y Ryan Trecartin puede describirse como la película que resultaría de una colaboración entre El Bosco y Keith Haring; para otros, es como si Facebook hubiese tenido una pesadilla.
Sus películas son una mezcla de arte performativo, sitcoms e hipnóticos collages digitales. Intentar descodificar un argumento o tratar de entender a alguno de sus personajes de forma convencional frustrará al espectador: la mejor forma de acercarse a su trabajo es dejarse llevar y permanecer atentos a las conexiones que establezca nuestro cerebro.
Resulta natural que esta pareja de artistas haya elegido el vídeo por encima de la pintura o la instalación; no en vano, han crecido en la era de la televisión por cable rodeados de pantallas, televisores y plasmas. Como consecuencia, han creado un universo en el que todo y todos son conscientes de ser grabados, editados y, por último, emitidos. En última instancia sus personajes –si se les puede llamar así– aspiran a ser imágenes: lo real pasa entonces a un nivel secundario.
El montaje de sus vídeos es acelerado, ralentizado o hacia atrás; los colores brillantes y exagerados; la carne se vuelve plástico en postproducción; los títulos de las películas pueden llegar a leerse como archivos de datos corruptos o como acrónimos imposibles de reproducir. Este caos aparente es metáfora de la inestabilidad con la que los artistas perciben a la humanidad y de cómo el exceso de información y los nuevos lenguajes surgidos en Internet están banalizando la sociedad.
Exploran el impacto de la comunicación en el lenguaje y en la propia construcción de la identidad llevada a nuevos extremos.
Empezaron en el 2000, convirtiéndose en los abanderados de toda una generación de jóvenes artistas americanos entre los que se encuentran Cory Arcangel, Ryder Ripps o Shana Moulton. Creadores que han abrazado la proliferación de los medios digitales en las pasadas dos décadas y que han sabido aunar la crítica a la sociedad de consumo con su adoración por la estética pop. En una búsqueda de referentes, podríamos enraizar el trabajo de estos artistas en la genealogía norteamericana de la subversión que va desde el kitsch siniestro de John Waters a la identidad múltiple y difusa de Cindy Sherman, pasando por las violentas rupturas de las performances de Paul McCarthy. Aun así, ninguno de ellos se acerca del todo a su particularísimo universo.
P.opular S.ky (section ish), Ryan Trecartin, 2009
En este caso la muestra se presenta en un espacio configurado como una instalación donde le gente se sienta en sofás superpuestos sobre camas. También llama la atención los muebles-vitrina con maletas de viaje en la parte superior, o las aspas de ventilador sobre una estructura de madera que puede recordar a un puente.
Entrevista a Ryan Trecartin: https://www.youtube.com/watch?v=XJeMKUl6xI4
Proyección de vídeo sobre cuerpos humanos: https://vimeo.com/140097921 (Creo que sería reiterar en exceso la idea del humano)